Educación

Estudios de posgrado: ¿una oportunidad o un fraude?

En una época donde las personas tienen que estar en constante formación para adaptarse al mercado laboral, es crucial encontrar en que especializarse luego de una licenciatura o pregrado. Escuchamos desde pequeños que es bueno estudiar y que entre más, mejor. Pero ¿realmente es una alternativa que nos forme para lo que queremos alcanzar en nuestra vida laboral? ¿Qué tan cierta es la opción de tener mejores oportunidades al cursar un máster o un posgrado?

Después de hablar con personas que han pasado por la misma experiencia y han tenido las mismas incógnitas, una palabra define al estudiante que puede darse la oportunidad de seguir estudiando: decepción. Muchos se han sentido estafados. Pero ¿por qué?

Hay que volver a evaluar la concepción de educación, más en estos tiempos modernos. Cada año, miles de pequeñas instituciones o escuelas de negocios, de comunicación (…) nacen y crecen. Son centros de estudios privados que se desarrollan haciendo conexiones. Entre las más importantes están las universidades públicas y privadas certificadas, un polo a tierra del sector. Justifican su operación ofreciendo la opción de convalidar el título adquirido con una universidad reconocida, una universidad donde solo un grupo selecto de familias pueden costearse y acceder. Así ambas partes ganan. ¿Qué tipo de público es al que apuntan conquistar? Al extranjero, y seamos realistas, al del tercer mundo. ¿Quién no quisiera tener un título europeo o de América del norte?

Ahora hay otro punto a abordar, ¿realmente se justifica la duración de estos másters o posgrados? ¿Realmente hay tanto que aprender después del pregrado? Excluyo a las carreras más técnicas como medicina o biología. En temas artísticos, tampoco hay mucho más que ver. La actualidad agrega contenido nuevo lentamente y en pocas cantidades y hacerse especialista en un tema específico tiene menos complicaciones que sumergirse en un área de estudio. Para nosotros los artistas nos beneficia más la segunda oportunidad de firmar prácticas con alguna empresa y engancharnos en un puesto laboral del sector. Si no pudimos encontrar en el pregrado, quizás con una especialización sea más fácil. Y ese es el provecho que veo más beneficioso a la hora de matricularse en estos tipos de estudios superiores.

Puede que me equivoque, pero esta es mi opinión acerca de estos tipos de estudios. En lugar de tener una colección de diplomas y títulos, valoremos más la oportunidad de crear experiencia. Es difícil pero si realmente nos apasiona, no lo veremos como una carga sino una recompensa.

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Arte, Cine, Educación, Historia, Literatura

Apuntes sobre “Ensayos sobre la significación del cine” escrito por Christian Metz

El cine y la impresión de la realidad:

  1. El cine es antes que nada un hecho. Plantea problemas a la psicología de la percepción y de la intelección, a la estética teórica, a la sociología del público y a la semiología en general.
  2. El filme nos produce la sensación de asistir directamente a un espectáculo casi real. Lo invita a participar perceptiva y afectivamente.
  3. Los temas fílmicos se dividen en realistas e irrealistas.
  4. Roland Bathes afirma: contemplar un fotografía no es apuntar hacia un estar-allí sino un haber-estado-allí. En la fotografía se presenta una conjunción ilógica del aquí y del antes.
  5. La fotografía tiene un débil poder proyectivo mientras que el cine apunta a un estar-allí viviente.
  6. El movimiento en el cine aporta el relieve, la vida y la intensa impresión de realidad. Contribuye a la impresión de realidad de manera indirecta pero también contribuye a ello directamente, puesto que en sí mismo se presenta como un movimiento real. El movimiento es inmaterial, se ofrece a la vista pero nunca al tacto: el cine es lo verdadero y la copia.
  7. El teatro es demasiado real, y por ello las ficciones teatrales solo ofrecen una débil impresión de la realidad. Como señala Jean Leirens: la impresión de realidad que nos proporciona el filme no se debe en absoluto a una fuerte presencia del actor, sino, por el contrario, al débil grado de existencia de estas criaturas fantasmáticas que se agitan sobre la pantalla, incapaces de resistirse a nuestra constante tentación de investirlas con una realidad. El espectáculo teatral no llega a ser una reproducción convincente de la vida porque en sí forma parte de la vida y demasiado visiblemente.
  8. Todas las artes de representación se sustentan en una ilusión parcial de realidad, que define la regla del juego y esta ilusión estatutaria es más o menos intensa según las artes: el cine ocupa un lugar intermedio entre la fotografía y el teatro.
  9. El “secreto” del cine también radica en inyectar en la irrealidad de la imagen la realidad del movimiento.

Observaciones para una fenomenología de lo narrativo:

  1. Lévi-Strauss decía: el mito siempre es reconocido como tal por aquellos a quienes es contado, aunque se haya traducido de un idioma a otro, aunque la literalidad de su formulación se haya modificado en pequeña medida.
  2. Un relato tiene principio y final, cosa que lo distingue del resto del mundo y a la vez lo opone al mundo real. El relato es una secuencia temporal: el tiempo de la cosa narrada y el tiempo del relato. El relato es transformar un tiempo en otro tiempo.
  3. Toda narración es un discurso. La percepción del relato como real tiene entonces como consecuencia inmediata que irrealiza la cosa-contada. El realismo atañe a la organización del contenido, no a la narratividad como estatuto.
  4. El recuerdo por ser relato es plenamente imaginativo; un acontecimiento debe haber finalizado de un modo u otro para que su narración pueda comenzar. El acontecimiento narrado por el reportaje en directo es real, pero lo es en otro lugar; en la pantalla, es irreal.
  5. Los relatos tradicionales y “cerrados” son secuencias clausuradas de acontecimientos clausurados; los relatos “con falso final” a los que tan proclive se muestra la modernidad cultural son secuencias clausuradas de acontecimientos no clausurados. La clausura de lo narrado es una variable, la clausura del relato es constante.
  6. Lo narrativo representa una de las grandes formas antropológicas de la percepción y de la operación.
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Arte, Cine, Educación, Literatura

Mal guión y el ejemplo de Vox Lux

El guión es a la película como un molde es a una tarta. Es el esqueleto que da forma, sustenta y da firmeza a la historia que se quiere contar en corto, medio o largometraje. Hay que saber escribir una historia para luego poder darle una cara para mostrarlo a la gente. En imágenes se puede ver la debilidad de un guión si este está mal hecho. ¿Qué problemas puede presentar un guión?

Primero: La creación y desarrollo de los personajes. Cada personaje debe tener algo que lo destaque entre los demás. Sus acciones deben definir su personalidad y sus motivaciones deben ser puntuales. ¿ A donde quiere llegar? ¿Qué quiere cambiar o qué quiere obtener? Uno de los errores que se tiende a cometer al momento de escribir un guión es no dejar claro el objetivo de los personajes principales. Si no se tiene un objetivo concreto, el o ella no tienen un futuro dentro de la historia. Anda sin rumbo.

Segundo: El guión debe presentar al personaje y dejarlo desenvolver en el contexto de la historia. Otro error de escritura radica en dar por entendido donde y como vive el personaje, cuales son sus rutinas, su comida favorita o pasatiempos. Esto dificulta crear un vínculo entre el público y los personajes, se necesita esta empatía antes de destapar los sus defectos. 

Tercero: El guión debe tratar sobre una temática y puede estar contextualizada en otras más pequeñas. Pero es importante que procure resolver una (la más evidente e importante) a lo largo de la historia. También tiene que tener una concordancia en su evolución, eso quiere decir que las acciones tienen que tener un impacto de causa y efecto para que el público sea testigo de sus cambios tarde o temprano. No hay que apresurar la historia ni forzarla para evitar situaciones que no aportan nada a la historia ni al personaje.

Cuarto: La temática se desenvuelve bajo sus propias leyes pero es fundamental que el espectador sepa o entienda tal contexto. Hay que crear y construir esa realidad. Si la historia toma lugar en un mundo donde pasan acontecimientos sobrenaturales o surreales se debe dar al público las herramientas adecuadas para su entendimiento.

Quinto: La cadena de sucesos se van entretejiendo a medida que la historia avanza. Para eso los tres momentos ( inicio, nudo y desenlace) son fundamentales sin importar su orden en la línea temporal de la película. Introducimos a nuestros personajes, los enfrentamos a una adversidad y el personaje debe tratar o resolverlo en su totalidad. Consecuentemente, el personaje deber mostrar un antes y después al iniciar y al finalizar el relato.

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Un ejemplo de mal guión en la actualidad podría ser Vox Lux,dirigida por Brady Corbet protagonizada por Natalie Portman. La película termina y es complicado saber de qué trata exactamente. ¿Es la historia de la fama de una artista pop del siglo XXI? ¿Una crítica a la violencia que azotan los colegios con los tiroteos? ¿La vida disfuncional de una persona famosa? Hay varias temáticas dentro de la historia pero ninguna se desarrolla en plenitud. Es verdad que se crea un vínculo con Celeste cuando es pequeña, pero ¿ hay alguno con la Celeste adulta? No lo hay porque la historia se corta abruptamente ante de que Natalie Portman entra en acción dejándonos en la duda sobre que ha pasado durante esos años. ¿Qué quiere lograr? ¿Un culto religioso con base a su música? ¿Tributo a los afectados por los tiroteos a nivel mundial? No es claro. Además, los tres actos de extrema violencia incluidos en el film no tienen sustento alguno.

La película sale a flote gracias a las excelentes presentaciones de los actores, la escena inicial del tiroteo es escalofriante (un muy buen abre-bocas para enganchar al público), el vestuario y maquillaje. La historia promete pero no se sabe a que dirección apunta y eso es debido a la carencia de un buen guión.

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Arte, Educación

Cifras y no letras

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La educación en Colombia es un negocio y ahora lo puedo afirmar con mas franqueza. Luego de mi experiencia como profesora de arte en uno de los colegios privados considerado como los mejores según ellos mismos y posicionados dentro de los cincuenta con mejores resultados en el ICFES (examen de valoración de calidad de educación a nivel nacional) puedo decir que si. No tuvo que durar mucho para que en los primeros días se diera a conocer las verdaderas intenciones de un colegio que piensa en la educación integral, en el dominio del inglés como segunda lengua y los diplomas de métodos internacionales como el Cambridge y el IB donde se involucran las artes visuales como una materia de igual (o mejor, parecida) importancia que las demás, una revelación idílica en países Latinoamericanos.

Empecemos por el principio. ¿Qué se esperan de las artes visuales y sus profesores en colegio privados en Bogotá? Básicamente crear y mostrar. Un padre y una madre quieren ver que el trabajo de su hijo o hija sea digno para colgar en la pared o una decoración de mesa de oficina. ¿Solo eso? Si. Ellos han crecido con el concepto del arte decorativo. Por consiguiente, se espera que los profesores de artes guíen a sus estudiantes a hacer cosas para mostrar y que valgan su inversión de 30 millones de pesos anuales de alguna forma. Palabras dichas por un directivo artístico. Así suena el mercadeo educativo.

¿Qué es lo que espera un graduado o graduada de artes visuales al entrar a un puesto de docencia en un colegio privado de Bogotá? Un poco más de seriedad. No espera formar a estudiantes que amen y respiren arte pero si que entiendan su importancia, sus métodos y sus críticas. Sus elementos más básicos y sus elementos más rebuscados. Una materia que no sea vista de relleno dentro del pensum educativo. El arte en los años de juventud e infancia tiene que ir estrechamente ligado a el proceso creativo, al descubrimiento y la expresión. No tienen porque terminar haciendo oleos dignos para exhibir en el despacho del rector.

Ahora, Cambridge y IB exigen la inclusión del arte dentro de su desarrollo escolar. Exaltar el arte como una materia de formación y no de ocio se convirtió en la tarea de estos colegios bilingües. Hay que hacer una revolución. Es momento de que sus hijos e hijas se formen como artistas aunque su interés realmente sea que estudien carreras que den dinero porque el arte ‘’no da de comer’’. Así estamos. Vendemos una idea para que luego sea desechada y la revolución termina en la presentación final de año en un lugar caro, con escenografías hechas por terceros, obras de arte retocadas por el profesor en sus momentos libres y padres esperando que su hijo salga en alguna de esas presentaciones para grabarlo en vídeo.

La palabra inclusión usada para mostrar un colegio más amigable y abierto a toda posibilidad de cambio es peligrosa. Que bonito es saber que hay una atención especial para aquellos estudiantes que no tienen un ritmo de enseñanza como los otros graduarse sin problema gracias al trabajo de los profesores capacitados para eso. Ver para creer. Es importante que los padres desconfíen porque no todos los que trabajan allí saben de los procedimientos adecuados o siquiera la información concreta del estado del estudiante. La inclusión es ideal de puertas para fuera pero lastimosamente no es así en el día a día de colegios que apuntan a este modelo bilingüe. Hay que acordarse que la mayoría de empleados están allí para que todos los estudiantes hagan valer la matrícula y no para encaminarlos en sus gustos o descubrimientos basándose en lo aprendido. Si hay algo o alguien que no deja avanzar y completar ese proceso, es un problema.

Hay un abanico de posibilidades institucionales y sería un error generalizar. A pesar que los procesos de admisiones sean peleados, perder menos de dos materias sea un milagro y cada colegio quiera obtener los individuos que más aporten a su estatus educativo, todos están conectados de otra forma. También hacen propuestas para aquellos ”desaventajados”. Si un niño o una niña está por perder el curso, tranquilo. Lo más probable es que el colegio busque la forma para que no lo haga. ¿Por qué? Fácil. El estudiante se rendiría a la evidente carga académica que tienen que soportar y pediría cambio de colegio. Es más frecuente de lo que parece. Mientras tanto, otras instituciones estarían al asecho, proponiendo pasarlo de curso sin ningún problema. No se sabe desde que punto el sistema está fallando: ¿estamos tratando de crear niños que puedan tocar el violín, cantar en el coro, jugar en el equipo de fútbol, estar en competiciones de ajedrez, hablar en tres idiomas y ser buenos en materias esenciales como matemáticas y biología? O ¿las instituciones están apostando a la imagen proyectada, los ingresos y los rankings?

Es evidente el problema cuando las posiciones del ICFES salen en una revista llamada Dinero. Padres, profesores y directivos se dirigen a ella para consultar cual es la mejor opción, quien ha mejorado, quien ha empeorado. La mayoría de colegios de ‘’buena reputación’’ están dentro. Hay unos pocos que se saltan la regla y se mantienen con firmeza en las primeras posiciones, no se han sometido a los estándares de alguna organización de Inglaterra o Estados Unidos y se han limitado a educar en forma y esencia. Es de admirar dado el intenso panorama en el que se vive en términos de educación en el país. Pareciera que la urgencia de las instituciones es crear líderes pero lo que es realmente es importante es dejar que un niño crezca y tenga al alcance las herramientas propicias para desarrollarse como debe ser.

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