Literatura

Apostillas de El Nombre de la Rosa escrito por Umberto Eco

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En el momento en que el autor Umberto Eco decidió escribir el ”El nombre de la rosa”, libro basado en un manuscrito encontrado en La Abadía de Melk en Austria , tuvo que tener en cuenta muchos aspectos arriesgados que tendría que analizar para que su obra fuera de una autentica veracidad. Aspectos primordiales como, el lugar, la época, los factores externos e internos que iban a incidir notablemente en el desenvolvimiento de la historia.

Es así como el autor, mediante unas apostillas escritas en el año 1985, cinco años después de publicada la novela de misterio, decide explicarle a sus lectores la razón por la cual escribió la obra y como lo hizo. Lo primero que este analiza es el titulo de la obra y su significado, donde afirma que es necesario que la obra lleve un titulo pero este no debería proporcionarle al autor mucha pistas acerca de la lectura ni tampoco que conlleve a que deduzca de los elementos erróneos y que por ende conlleve a la decepción del lector. Es por esto, que el nombre de la rosa, es asignado por el autor ya que una rosa posee tantos significados que termina por no tener ninguno.

A partir de las ganas de escribir acerca de un envenenamiento de un monje, Umberto Eco empieza a desarrollar elementos primordiales de la obra. Uno de ellos es el contexto histórico, el cual decide va a hacer, el Medioevo ya que al describir un convento contemporáneo, este retoma muchas características medievales que terminan por conducirlo a esta época de la cual el autor tiene un vasto conocimiento. Su objetivo era divertir a través de la intriga.

El autor necesita, a continuación, decidir el narrador de su obra que no va a ser el, ya que no ha tenido la experiencia de vivir en la época medieval, y por consiguiente la narración seria mas creíble si fuera expuesta por una persona perteneciente a las época, Consecuentemente, era una mascara lo que Umberto Eco necesitaba para relatar la historia. Además determinó que la novela debía ser histórica porque los que dicen los personajes ficticios es lo que deberían decir si hubieran vivido en aquella época.

Durante el primer año, decidió crear el mundo de su relato en el que se incluían personajes como el ciego que custodiaría la biblioteca y espacios como un laberinto cerrado que debía ser ”potencialmente infinito”, ya que el autor tenia claro que el final de la obra seria determinado por un incendio, que tanto caracterizaba la época medieval. Una de las dificultades presentadas al escribir el libro, fueron los diálogos, porque no se sabía hasta que punto iban a ser realmente medievales. Por ejemplo, era importante tener en cuenta la incidencia de la Inquisición, y con ella el poder que la iglesia católica ejercía sobre el pueblo, asiendo que la literatura se limitara a ser exclusivamente religiosa.

Continuando con su proceso de análisis de la obra para el narrador utilizó ”el doble juego enunciativo”, Adso seria quien narrara la historia pero el lo haría desde dos puntos diferentes de su vida, a la edad de 18 años y a la de 80. A su vez, es un cronista con un estilo didáctico e inocente para narrar.

Según la estructura de estas apostillas podemos concluir que son de gran ayuda para centrarse en un contexto literario e histórico apropiado, entender los elementos primordiales que el autor quiere que se tengan en cuenta durante el proceso lector y de esta manera entender la simbología empleada y conocer el verdadero objetivo y significado de la obra. También es importante destacar la influencia filosófica de la época antigua, y su contraste con las costumbres religiosas de la época medieval. Por consiguiente, consideramos que es de vital importancia la manera como el autor trata de destacar el peligro que los libros prohibidos traigan consigo pero de la misma manera implanta la influencia de este conocimiento necesario para librarse de la opresión de la única masa de poder existente, la Inquisición.

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